CORRIENTE LITERARIA
La literatura barroca se supedita al movimiento general que le da nombre (Barroco) y que cobija no solo a las letras, sino a un amplio compendio de manifestaciones artísticas. Esta expresión literaria coincide también con la llamada Contrarreforma católica, y en cierta manera le sirve de pilar en su aparato discursivo.
Los temas comunes de la literatura del Romanticismo solían ser la vida y su constante cambio, lo fugaz del ser humano, el dolor y el sufrimiento. El hombre y su existencia, su repercusión en los demás seres y cosas, es el epicentro de las obras de los autores más representativos.
La literatura del Barroco se considera, en parte, un estilo sobrecargado, ostentoso, abusivo en el uso de recursos literarios como la metáfora o la antítesis. Este movimiento surge en un momento de muchas tensiones sociales, políticas, económicas y existenciales.
Características
Surge de la crisis del Renacimiento
Como resulta común a lo largo de la historia del hombre, cada tendencia, cada corriente del pensamiento engendra otras manifestaciones. El Renacimiento y el Barroco no escapan de esa realidad, están más que sujetos por finos hilos. Los nexos entre ambas corrientes son amplios y complejos.
Su nombre fue acuñado posteriormente y es peyorativo
El término “Barroco” fue acuñado durante el Romanticismo, cuando habían menguado las manifestaciones cuya estética era propia de este movimiento. Dicho término, etimológicamente hablando, proviene del vocablo portugués barroco, que significa “perla irregular o deforme”.
Fue un movimiento literario de corte ideológico, más que formal
Si bien se evidencia un uso y manejo de los recursos formales en la escritura de manera exagerada, es imposible opacar la carga ideológica que posee la literatura barroca.
Magnifica lo renacentista, pero enfocado en la pesadumbre
Las temáticas propias del Renacimiento no se dejan a un lado, al contrario, se toman en plena decadencia y se ensanchan, se exageran. La crisis en la que se sumían los pueblos europeos en esa época dejaba ver en las calles lo peor del género humano.
Las pestes, el hambre, la desidia, la mendicidad, eran el pan de cada día. Estas realidades no escaparon de la pluma de los escritores. Fue tal la influencia, que la gran mayoría de autores usaron su pluma en pos de exponer lo peor de la especie. El desgano se podía respirar en un gran número de obras.


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